Comunicándonos con el paciente ventilado

Estar internado en Terapia Intensiva  es una experiencia estresante y, más aún, si uno es objeto de asistencia respiratoria mecánica. El estrés es un factor que afecta al estado emocional y puede interferir tanto en la adaptación al sistema de ventilación mecánica como en el destete posterior.  Los humanos somos seres sociales por naturaleza y lo que nos distingue de otras especies es la posibilidad de usar el lenguaje para relacionarnos. Es necesario que los profesionales de cuidados críticos  tomemos consciencia del impacto que tienen las limitaciones en la comunicación sobre los pacientes críticos en términos de sensaciones de angustia, pérdida de control y frustración. A continuación presentamos la crónica de una enfermera de Terapia Intensiva del Hospital Italiano, la Lic. Viviana Arancibia, sobre la experiencia de atender a un paciente ventilado durante una guardia de domingo. 

Crónica de una guardia de domingo

Un domingo fui a trabajar al Hospital y me tocó asistir a un paciente que no podía hablar. Entre las cuatro paredes blancas de su habitación, estaba Antonio acostado en la cama, traqueostomizado, conectado a un respirador y a un multiparamétrico. Se encontraba lúcido, respondía órdenes simples y tenía el miembro superior derecho contenido.  

Al acercarme a su cama, me presenté: -“Antonio, mi nombre es Viviana y voy hacer tu enfermera durante toda la guardia….”-.  Así comenzó nuestro contacto.

No era fácil el intercambio entre ambos. Él respondía con gestos y movimientos de la cabeza.  Algunas cosas creo que nos ayudaron, por ejemplo: llamarlo por su nombre, mirarlo a la cara cuando hablábamos, explicarle los procedimientos que íbamos hacer y preguntarle en cada caso cómo se sentía o si tenía dolor. Así se iba inscribiendo nuestro diálogo. Varias veces intuí que quería decirme que estaba cansado, muy agotado…Yo, trataba de alentarlo poniendo énfasis en que su estado actual iba a pasar y en que todo lo que hacíamos y él toleraba era en pos de su recuperación. Algunas veces, tuve la necesidad de decirle: -“Antonio yo estoy para ayudarte”-,  e incluso, en ocasiones, al hacerlo, le sostuve la mano.

Al rato de habernos conocido, me comunicó con gestos que no quería estar físicamente contenido. Le retiré entonces la sujeción, pero expresándole que era muy importante que no tratara de sacarse nada de lo que tenía puesto ya que, en ese caso, debería volver a contenerlo por su bien. Le sugerí que moviera las manos e hiciera  pequeños ejercicios, a lo cual accedió con entusiasmo. A veces, no es necesario que el paciente pueda hablar: hay miradas, gestos y brillos en los ojos que dicen más que mil palabras. En definitiva, no hay nada nuevo: la empatía, la dedicación y la inclusión en las decisiones del tratamiento son aspectos que siempre ayudan a acercarnos a los pacientes

Nuestra UTIA es de puertas abiertas. Estuvimos toda la mañana solos, la familia de Antonio vino por la tarde.  Luego del mediodía lo higienizamos con mi compañera Vanesa:  le lavamos la cara, el cabello, curamos escaras, procurando siempre proteger su privacidad. En tono cómplice, recuerdo que dijimos al.finalizar: -“Antonio te dejamos diez puntos para recibir a tu familia”-.

Cuando llegaron sus seres queridos, traté de no interferir para que disfruten del encuentro. Con su esposa estuvo mucho tiempo escuchando tangos. Luego, entró otra señora, que supuse que era su hermana. Cuando ellas se retiraron, quise chequear si estaba en lo cierto y le pregunté: – “Antonio, ¿esa señora es tu hermana?»-. Con la cabeza y cerrando los ojos me dijo si… Lo pude imaginar por como él la miraba….

Habíamos entablado una hermosa relación  a pesar del corto tiempo compartido. Durante las catorce horas que lo asistí estuvo con pocas molestias y mayormente tranquilo. Traté de hacerlo sentir que contaba con mi apoyo y atención.

Casi al finalizar mi turno, le avisé que faltaba poco para que me fuera. Entonces empecé a cambiar la  tubuladura y colgar un paralelo de insulina. En ese momento, pasó algo que me emocionó hasta las lágrimas: estiró el brazo, me agarró la mano, me miró y me regaló una hermosa sonrisa. Sentí entonces que todo valió la pena.

Fue una guardia  gratificante en la cual tuve la impresión de haber podido aliviar y acompañar al paciente, al menos, en una alguna medida. Estas experiencias son las que me hacen pensar que volvería a elegir ser enfermera  una y mil veces más.”


Esta crónica ilustra que para mejorar la asistencia a  pacientes ventilados, es importante elegir estrategias de comunicación que se adapten al perfil de sus posibilidades. Algunas pautas a considerar en este sentido son:

  • Captar la atención del paciente antes de dirigirnos a él
  • Llamarlo por su nombre
  • Mantener el contacto visual
  • Hablar lentamente usando frases cortas y simples
  • Gesticular y señalar
  • Apelar a recursos de comunicación alternativa aumentativa (tableros con letras, palabras o pictogramas en app en papel)
  • Dar tiempo a la respuesta
  • Repetir el mensaje que uno recibió para asegurar que ha sido comprendido

Somos seres sociales por excelencia. Velar por la comunicación durante la internación en Terapia Intensiva facilita la adaptación a la ventilación mecánica, potencia los resultados del tratamiento, previene trastornos mentales y mejora la calidad de vida de los pacientes.

Viviana Karina Arancibia es Licenciada en Enfermería de la Unidad de Terapia Intensiva de Adultos del Hospital Italiano de Buenos Aires. Se desempeña en el sector de Reconstitución de medicación y hace guardias como enfermera asistencial.

5 Respuestas a “Comunicándonos con el paciente ventilado

  1. Me emocione hasta las lágrimas. Espero que mi hermano internado tenga la suerte de ser atendido por alguien con tanta vocación y pasión como vos.

  2. Excelente relato Viviana, nadie con más autoridad que una enfermera comprometida como vos para expresar tantos sentimientos juntos.
    Gracias
    Marcos

  3. Muy importante y valiosa la mirada de la enfermera en la relación con el paciente. Además de ser una clase de humanidad conocer la experiencia de enfermería a través de la escritura en este caso es de enorme valor para que todos los actores de la relación asistencial sean visibilizado.
    Felicitaciones Viviana

  4. Viviana me alegra que compartas tus experiencias vividas en el hospital que yo adoro ya que naci alli y sigo haciendo cursos en el instituto,soy enfermera y me emocionan las historias como esta que vivimos a diario y las personas no imaginan todo lo que somos en ese momento para el paciente.les pido que siempre compartan sus vivencias para poder entender mas de una terapia intensiva.y los familiares sepan en que manos estan su familiar tan apreciado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *